25 de mayo de 2015

LAS CAÍDAS, ¿CÓMO PREVENIRLAS?

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Las caídas son una “consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite al paciente al suelo en contra de su voluntad” (OMS). Además, suelen ser causa de una alta morbilidad y mortalidad en el adulto mayor. Resulta de la interacción entre los factores de riesgo, como enfermedades crónicas, alteraciones del equilibrio y la marcha, fármacos y exposición a situaciones de riesgo u oportunidades de caer.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), tres de cada 10 adultos mayores sufren al menos una caída al año. En tanto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas mayores de 65 años son el grupo poblacional con más caídas mortales, y para el Ministerio de Salud (MINSA), el 80% de las caídas de personas de la tercera edad se producen en sus casas.


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Pueden tener graves consecuencias a nivel de la morbilidad, mortalidad y dependencia. Estudios realizados muestran que la incidencia anual de caídas se incrementa conforme a la edad. Una caída grave, con fracturas puede postrar al adulto mayor, quien permanecerá en cama hasta que se haya recuperado; aunque esto sería lo ideal, por lo general, la postración inevitablemente reducirá la independencia del adulto, así como también su autonomía y bienestar general, sin tomar en cuenta que se necesitará más ayuda para atenderlo y puede ser necesario contratar a un cuidador. 

Por otro lado, también se le asocian altos costos para los servicios de salud. Incluso una caída puede ser el primer indicio de una enfermedad no detectada, o la manifestación de fragilidad en el adulto mayor, y además ser un predictor de muerte. Con frecuencia, la persona que se ha caído, presentará un fuerte temor de volver a caer, lo cual hará que limite sus actividades cotidianas (síndrome post caída).

Fuente: Manual de Prevención de caídas en el
Adulto Mayor, Chile - Elaboración propia
Se han identificado dos tipos de factores de riesgo para las caídas, los intrínsecos y los extrínsecos:
Fuente: Prevención de caídas en el Adulto Mayor en el Primer Nivel
de Atención, México - Elaboración propia 

En base a los factores de riesgo identificados se hace posible una prevención adecuada, mediante el cambio principalmente del ambiente físico en donde se encuentra la persona, y por otro lado, de técnicas para la persona propiamente (adaptado de Philip Seiby, Adrian Griffiths, 1986):


Recuperado de El Comercio, 01 de agosto de 2014
En casa:
  • Los pisos y tapetes deben estar en buenas condiciones, sin obstáculos que puedan ocasionar tropiezos y caídas.
  • Evitar el desorden en los pasillos o sitios estratégicos para el adulto mayor.
  • Mantener una iluminación adecuada, es decir, brillante y sin destellos.
  • Las luces de noche deben localizarse en sitios estratégicos en toda la casa, sobre todo en escaleras y camino del dormitorio al baño.
  • Los teléfonos localizados de tal forma que las personas no tengan que apresurarse a contestarlos.
  • Los cables eléctricos no se encuentran en los sitios de paso.
En el baño: 
  • Usar alfombra o adhesivo antiderrapante en la bañera o la ducha.
  • Ubicar barandillas en las áreas de la tina de baño, ducha e inodoro.
  • Mantener el jabón, toallas u otros objetos de uso en el baño con fácil acceso.
  • La cortina debe evitar mojar el piso del baño.
En el dormitorio:
  • Tener una lámpara o interruptor al alcance de la cama.
  • Los tapetes tienen una superficie antiderrapante y no representan un riesgo de tropiezo, sobre todo los que están camino al baño.
En la cocina:
  • Limpiar derrames de líquido tan pronto como ocurran.
  • La mesa y silla de la cocina son firmes y seguras.
  • Se encuentra claramente señalado el encendido y apagado de la cocina.
  • Colocar los utensilios más usados a la altura de la cintura.
En los pasillos:
  • Evitar el desorden.
  • Apartar del camino los cables de aparatos electrónicos.
  • Quitar obstáculos en el camino desde el dormitorio hasta el baño.
Del calzado:
  • Los zapatos deben tener suela o tacones que eviten los deslizamientos.
  • Sustituir el calzado cuando se gasten las zuelas.
  • Evitar caminar descalzo.
  • Utilizar zapatillas bien ajustadas y que no se salgan del pie.
Por último, solo me gustaría dejar un vídeo sobre ejercicios para la prevención de caídas, que ayudan a fortalecer el sistema musculo-esquelético y de esa forma ayudar a la estabilidad del adulto mayor.




Referencias:

Programa Nacional de Atención al Envejecimiento. (2010). Prevención y Atención de las Caídas en la Persona Adulta Mayor. México. Recuperado el 25 de mayo de 2015 de  http://www.facmed.unam.mx/deptos/salud/censenanza/spivsa/antol%202%20anciano/2parte2013/V_caidas.pdf

Programa de Salud del Adulto Mayor - Ministerio de Salud de Chile. (2011). Manual de Prevención de Caídas en el Adulto Mayor. Chile. Recuperado el 25 de mayo de 2015 de http://web.minsal.cl/portal/url/item/ab1f8c5957eb9d59e04001011e016ad7.pdf

Escrito por: Valeria Yáñez

14 de mayo de 2015

LA IMPORTANCIA DE LA AUTOEFICACIA

Un aspecto positivo que contribuye a un envejecimiento saludable y pleno es la autoeficacia percibida, pero, ¿qué es exactamente?

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La autoeficacia hace referencia a que las creencias que tiene un individuo sobre sí mismo para planificar y llevar a cabo una acción específica influencian directamente en dicha acción (Bandura, 1982). 

En otras palabras, se trata de aquellos juicios que cada individuo tiene sobre sus capacidades, en base a los cuales organizará y ejecutará sus actos de modo que le permitan alcanzar el rendimiento deseado

Cabe resaltar que este concepto no incluye los recursos de los que dispone la persona, sino a qué hace la persona con ellos. Además, resulta importante en la salud del individuo y puede predecir conductas saludables; así como también del abandono de conductas nocivas (Campos y Pérez, 2007).

Las personas que confían en su habilidad para realizar correctamente alguna tarea se ponen metas altas y creen ser capaces de alcanzarlas; entonces, la autoeficacia puede predecir efectos en diversas variables de una actividad (en la persistencia, el esfuerzo, las metas que se pone, la planificación de estrategias, el mantenimiento de la motivación) que median en la relación entre la creencia que se tiene y el desempeño real que se tendrá.

Las personas mayores que invierten sus esfuerzos en el quehacer podrán mantener altos niveles de funcionamiento por periodos más prolongados; por lo cual es posible decir que la autoeficacia puede contribuir al mantenimiento del adecuado funcionamiento social, físico e intelectual a través del ciclo de vida (Berg et al., 2006). 

Aquellas personas que no tienen niveles adecuados de autoeficacia por lo general presentan autoestima baja y sentimientos negativos sobre su capacidad de superar los problemas que se les presentan durante la etapa de vida en que se encuentran y también sobre la que tendrán a medida que vayan envejeciendo, es decir, sobre su capacidad de control en el futuro: a esto se le llama autoeficacia para envejecer (Fernández Ballesteros, 2010).

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Los estereotipos culturales que se encuentran interiorizados producen expectativas pesimistas acerca del envejecimiento e impactan negativamente sobre la autoeficacia de las personas. Esto genera una disminución de sus aspiraciones y metas y también reducen las actividades que éstas llevan a cabo de manera general (Rice, Lockenhoff, Cartensen, 2002). Incluso las personas con expectativas positivas sobre su proceso de envejecimiento pueden ser vulnerables cuando sienten que podrían confirmar un estereotipo negativo existente acerca del grupo etario en que se encuentra (Steele, 1997).

Ahora bien, ¿cómo podemos lograr mejorar nuestra autoeficacia para el futuro? ¿cómo podemos apoyar a los adultos mayores cercanos a nosotros para que tengan una mejor autoeficacia? Una de las maneras en que podemos ayudar es buscando eliminar los propios prejuicios ante la vejez. Muchos tenemos prejuicios y estereotipos sobre el envejecimiento que están fundamentados en información equivocada y que debe ser descartada. Si ayudamos a eliminar este tipo de discriminación entonces podremos percibirnos y percibir a las personas mayores con una mayor autoeficacia.


Por último, me gustaría compartir una corta historia sobre una persona que, seguramente, tiene una alta autoeficacia, un personaje que quizá algunos no conocen: Fauja Singh.


Es un maratonista nacido es la India, que inició su carrera como atleta a los 89 años de edad. Participó en el recorrido de la antorcha olímpica en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Ha corrido 9 maratones internacionales y, a la edad de 101 años corrió su última maratón; declarando que correr es "duro" y que ahora requiere de otros cuidados y por ello de ahora en adelante sólo correrá para mantener su salud personal.


Referencias:

Timberlake, J. (2012). The Role of Self-Efficacy in the Quality of Life of Older Adults. Recuperado el 14 de mayo de 2015 de http://www.academia.edu/3220516/The_Role_of_Self-Efficacy_in_the_Quality_of_Life_of_Older_Adults

Arias, C., Pavón, M. (2012). La autoeficacia en el proceso de envejecimiento. Rev. Palabras Mayores, n°8. Recuperado el 14 de mayo de 2015 de  http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/palabrasmayores/article/view/1498


Escrito por: Valeria Yáñez Ponce

11 de mayo de 2015

LA IMPORTANCIA DEL APOYO SOCIAL

¿Qué es el apoyo social?

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Se entiende al apoyo social como aquellas "transacciones" interpersonales que implican ayuda, afecto y afirmación (Khan y Antonucci, 1980). Se distinguen cuatro tipos de apoyo social:

Tipos de apoyo social, Khan y Antonucci (1980) - Elaboración propia

El apoyo social se da mediante las redes sociales; que a su vez se definen como la serie de relaciones personales a través de los cuales la persona mantiene su identidad social y recibe apoyo emocional, ayuda material, servicios e información. Es importante mencionar que no todas las interacciones sociales proporcionan apoyo social; así que no se puede deducir que un gran número de contactos sea sinónimo de calidad de interacción; hay personas que se toman en cuenta en la red social con las que la interacción es mínima o casual, e incluso superficial, mientras que solo entre algunas de ellas se da y se recibe apoyo social.

Con frecuencia, las redes sociales surgen por la participación de organizaciones, diferentes entidades, centros e iglesias, y, por supuesto, mediante vínculos familiares e informales, como amigos, vecinos y compañeros de trabajo.

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Las relaciones sociales brindan un importante soporte cuando se busca satisfacer la necesidad de estar acompañado, estar cuidado, tener ayuda, enseñar destrezas a otros; etc. Se denomina al producto de una adecuada interacción y de calidad recurso; que resulta de suma importancia, especialmente al tratarse de un tipo de recurso que es improbable de obtener de otro modo que no sea socializando. Así, la ayuda mutua entre las personas genera protección social, y, por lo tanto, las relaciones sociales son fundamentales para el bienestar de las personas (Del Valle y Coll, 2011).

Aunque cabe recordar que, aunque los contactos sociales suelen tener un impacto positivo, también pueden tener un severo impacto negativo, pudiendo llegar a causar malestar y daño a la persona aludida.

Tercer campeonato interdistrital de natación para adultos mayores,
El Comercio (2014)
En especial, al tratar sobre el apoyo social y su importancia en el envejecimiento, éste trae múltiples beneficios para los adultos mayores: preserva al sujeto de los posibles cambios negativos en su salud (física y mental), ya que promueven la adaptación y flexibilidad de pensamiento en los adultos mayores. Las relaciones de apoyo fomentan, desarrollan y ayudan a mantener la percepción y sentido de control de un individuo, lo cual puede minimizar la pérdida de roles que ocurre con el envejecimiento y ayudar a generar conductas dirigidas a compensar la pérdida de ellos. Es un factor importante dentro del concepto de bienestar y el envejecimiento satisfactorio y un facilitador de las conductas de promoción de la salud; llegando a disminuir el riesgo de mortalidad e internamiento.

Éstas redes no son eternas; puesto que duran la vida de sus miembros, y, al tratarse de personas mayores, el número de contactos disminuye por múltiples factores:falta de contacto, fallecimiento, viajes, poca participación social, poca motivación, etc. Los adultos mayores suelen basar sus relaciones en la familia y por lo general, su contacto con generaciones más jóvenes se da solo a través delos nietos o similares. Es entonces que se puede ver la necesidad del adulto mayor de mantener el apoyo social con nuevas generaciones más allá de su familia; un reto para ellos y en especial para quienes no tienen hijos.

Las fuentes de apoyo pueden ser formales (instituciones públicas y privadas) o informales (familia, vecinos, comunidad), y, poro otro lado; se pueden diferenciar distintos tipos de redes, entre ellas:

Tipos de redes, Del Valle y Coll - Elaboración propia

Una forma de promover la creación de vínculos entre adultos mayores y nuevas generaciones de jóvenes es a través de los llamados proyectos intergeneracionales, que procuran promover las relaciones entre  diferentes generaciones; se trata de un proceso educativo donde participan personas de distintas generaciones e intentan compartir experiencias, conocimientos, habilidades, actitudes y valores entre ellas, el principal objetivo es cambiar y transformarse en el aprendizaje con los otros. Se incluyen:
  • Proyectos comunitarios en los que se involucran los vecinos y las vecinas que habitan los barrios y los pueblos
  • El intercambio de conocimientos entre generaciones
  • El apoyo emocional a personas con dependencia
  • Proyectos para fomentar las relaciones interculturales

Red intergeneracional IMSERSO, España

Aquí dejo un vídeo sobre un grupo de teatro comunitario de la ciudad de Nueva York, donde se realizan talleres intergeneracionales. El vídeo está en inglés, pero aquello que es importante es cómo en los grupos humanos, sin importar la edad de sus miembros, se puede sacar lo mejor de cada uno, para luego lograr objetivos en común.



Referencias:

Arias, C. (2013). El apoyo social en la vejez: la familia, los amigos y la comunidad . Revista Kairós Gerontologia, vol. 16 n° 4, “Dossiê Gerontologia Social”, pp.313-329. Recuperado el 11 de mayo de 2015 de http://revistas.pucsp.br/index.php/kairos/article/viewFile/20024/14899

Ramos, J., Salinas, R. (2010). Vejez y apoyo social. Revista de Educación y Desarrollo, vol. 15. Recuperado el 11 de mayo de 2015 de http://www.redadultosmayores.com.ar/Material%202013/Nacionales%20Mexico/6%20vejez%20y%20apoyo%20social.pdf

Del Valle, G., Coll, L. (2011).Relaciones sociales y envejecimiento saludable. Institut de l’Envelliment de la UAB. Recuperado el 11 de mayo de 2015 de http://salut-envelliment.uab.cat/publicacions/docs/RelacionssocialsESP.pdf

http://www.gerontologia.org/portal/archivosUpload/RedesSocialesFUNBAM.pdf

Escrito por: Valeria Yáñez Ponce