"Disfruta de la libertad de poder administrar tu tiempo, de aprovechar con quien amas el tiempo que invertiste en el trabajo, de regalarle tiempo a tus nietos y demostrarles que el que les diste mientras trabajabas solo fue el anticipo de lo que les espera"
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En la actualidad, tener un trabajo seguro y estable es algo que se ve poco. Con la gran cantidad de profesionales que egresan de sus carreras, ávidos por encontrar un empleo y con un manejo de las tecnologías más adelantado que los "antiguos" trabajadores. De éste modo, ocurren las jubilaciones anticipadas, es decir, antes del tiempo en que se planificó.
La jubilación se refiere al retiro laboral de una persona y va acompañada de una pensión, que es un derecho que la persona adquiere por haber laborado durante cierta cantidad de años y por haber cotizado en algún régimen de pensión vigente.
Los contratos temporales son los que se manejan ahora y la posibilidad de hacer una reducción de personal se encuentra casi siempre latente. Es así como, en una economía tan competitiva, como la de hoy, muchos de los trabajadores mayores son generalmente los primeros en ver reducidos sus horarios de trabajo, porque resultan ser caros de mantener (por los seguros de vida) y porque se piensa que no pueden rendir.
La jubilación supone un cambio en los hábitos y comportamientos en la medida en que el individuo se ve forzado a reestructurar su tiempo y actividades futuras. Pasar, de un día a otro, de una vida entregada al trabajo a una jubilación ocupada por el ocio implica una modificación completa de la organización de la vida. “De ahí que muchas personas se nieguen a pensar en ella, dado que creen que por el hecho de jubilarse dejan de ser miembros partícipes del desarrollo de la sociedad” (Araníbar, 2001).
Éste suceso tan importante en la vida de las personas puede ser tomado de formas distintas: como el merecido descanso por las actividades desempeñadas durante largos años o como la evidencia real (visible por todos los demás) de la "vejez" y del "dejar de ser productivo".
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Para Hidalgo (2002), la jubilación viene a representar una crisis muy severa, sobre todo para aquellas personas que no han elaborado proyectos de vida y contactos sociales fuera del trabajo, lo que hace que el ajuste a la jubilación les sea más dificultoso. Otro es el caso de aquellas personas que han podido tener tiempo para prepararse a este cambio, quienes lo abrazan como una nueva oportunidad de seguir haciendo cosas, pero que ahora serán propiamente para su disfrute.
Es por ello importante ver a la jubilación no como una pérdida de un rol, sino como el cambio de ellos, cambio que definitivamente será apreciado de acuerdo a la autoestima de la persona y su autoconcepto. Aunque existirán otro tipo de pérdidas asociadas (rol social y laboral, amigos, compañeros y estatus), será la capacidad de la persona de resolver aquella pérdida y compensarla con otro rol la que determine un crecimiento personal.
Para concluir solo deseo que el vídeo en este post pueda invitarlos a reflexionar cómo las personas en relidad pueden valorar el trabajo que se ha logrado; incluso este aprecio puede ser de quienes menos lo esperamos, pero principalmente el aprecio debe venir de uno mismo.
Referencias:
Alpízar Jiménez, Idalia.(2011). Jubilación y calidad de vida en la edad adulta mayor. Recuperado de dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4792283.pdf el 14 de abril de 2015.
Skoknic Cvitanic, Vania. (1998). Efectos de la preparación psicológica para la jubilación.
Recuperado de http://www.copmadrid.org/webcopm/publicaciones/social/41314.pdf el 14 de
abril de 2015.
Escrito por: Valeria Yáñez Ponce
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