Probablemente al pensar en un adulto mayor haciendo actividad física tengamos una imagen mental que encontramos poco posible, es más, incluso peligrosa para esa persona. Sin embargo, aquellos adultos mayores que realmente no pueden realizar ejercicio son muy pocos, e incluso, como a cualquier persona que se encuentra apta, trae muchos beneficios ejercitarse con regularidad y de acuerdo a lo que somos capaces.
El término "actividad física" puede abarcar una amplia gama de actividades y acciones que pueden ser cotidianas y del día a día como también a aquellos movimientos corporales planificados y estructurados, como es el caso del baile.
Existe evidencia de
que una vida sedentaria es uno de los riesgos de salud modificables más altos para
muchas condiciones crónicas que afectan a las personas adultas mayores, tales
como la hipertensión, las enfermedades del corazón, el accidente cerebro vascular,
la diabetes, el cáncer y la artritis. Aumentar la actividad física después de los 60
años tiene un impacto positivo notable sobre estas condiciones y sobre el
bienestar general.
"Tenemos un remedio inmediato, seguro y confiable para algunos de los principales riesgos de salud relacionados con el consumo no saludable. Es gratis. Funciona para ricos y pobres, para hombres y mujeres, para jóvenes y mayores. Es la actividad física. Al menos treinta minutos todos los días." - Gro Harlem Brundtland, Directora General, Organización Mundial de la Salud (Asamblea Mundial de la Salud, 2002).La actividad física, entonces, trae:
- Beneficios en la salud:
Adaptado del: Plan estadounidense detallado: incrementando de la actividad física en adultos de 50 años y más, Princeton |
- Beneficios psicosociales:
- Mejora la calidad de vida,
- mejor salud mental,
- más energía y menos estrés,
- mejor postura y equilibrio y
- vida más independiente.
Se proponen cuatro categorías básicas de actividad física:
Ejercicio y actividad física: Guía diaria del Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento - National Institute on Aging, 2010 |
Los ejercicios propuestos en el cuadro anterior pertenecen a la Guía diaria del Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento: Ejercicio y Actividad Física que se puede descargar directamente haciendo clic en el link.
Ahora que las herramientas de información se encuentran a nuestra entera disposición y que se dan facilidades que se comparten públicamente para quienes estén interesados, lo último que falta hacer es poner en práctica aquello que se nos indica. Los invito a ser parte de un cambio, compartir con adultos mayores que conozcan la guía de actividad física para descargar y valoren ustedes mismos los cambios que poco a poco irán evidenciando esas personas. ¡Comprobémoslo nosotros mismos! Seamos parte de una generación que, informada, toma las mejores decisiones para su propia salud y promueve que éstas se extiendan a las demás personas.
Referencias:
Jiménez Oviedo, Yeimi; Núñez, Miriam; Coto Vega, Edwin. (2013). La actividad física para el adulto mayor en el medio natural. InterSedes: Revista de las Sedes Regionales, Sin mes, 168-181. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/666/66627452009.pdf el 15 de abril de 2015.
Actividad para un envejecimiento activo: Guía Regional para la Promoción de la Actividad Física. (2002). Recuperado de http://www.facso.uchile.cl/observa/promover.pdf el 15 de abril de 2015.
Escrito por: Valeria Yáñez Ponce
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